Careyes adopta el nombre por las tortugas carey que forman parte de las especies conservadas en la región, pues si algo distingue al destino es que además de estar rodeados por un lado de playas con aguas cristalinas y por el otro de selva, también hay un sinfín de especies protegidas.
De esa manera, además de sus encantos a la vista, este destino cautiva a cualquiera.
Careyes fue fundado por el italiano Gian Franco Brignone en 1968 y a partir de ese momento se hizo popular sobre todo en Europa, pues el lugar cuenta con una arquitectura sutil que distingue a artistas italianos y mexicanos que combinaron su talento para crear espacios inigualables con un toque a Mediterráneo.
Un paraíso en la Tierra. Quien ha visitado Costa Careyes sabe que este idílico destino Jalisciense se acerca bastante bien a esta descripción. No sólo se trata de la imponente belleza natural que caracteriza cada una de sus playas casi vírgenes, de sus espectaculares acantilados, de sus manglares tropicales y de su exuberante selva, también de su comunidad bohemia y artística, de su exclusiva privacidad y de su fascinante arquitectura, que provoca un sinfín de emociones y sentimientos.
El magnetismo de este destino está en los paradisíacos lugares que posee. Sus playas limpias y cuidadas son el refugio para cientos de especies, entre ellas cuatro variedades de tortugas: golfina, carey, prieta y laúd. En diferentes temporadas hay avistamiento de delfines y ballenas. Se ubica en el centro de la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala. Tiene áreas protegidas y habitadas por 270 especies de aves y más de mil 200 ejemplares de flora y fauna.
La arquitectura juega un papel trascendental porque el objetivo es respetar la zona y maximizar la fluidez del aire para evitar el aire acondicionado, así como los volúmenes, espacios, y colores. El arquitecto Luis Barragán tiene obra ahí, igual que Marco Aldaco, Alberto Mazzoni, Diego Villaseñor y Jean Claude Galibert.
Fuera del tiempo para reposar, también ofrecen actividades como tour de pesca, paseo en bote, observación de aves, clases de yoga, rituales prehispánicos, paseos a caballo, buceo y snorkel.
Tiene diversos festivales a lo largo del año que atraen a vacacionistas, en su mayoría adultos de más de 30 años. Son la sede de la Copa Agua Alta de polo y organizan eventos exclusivos de arte, cine, danza, música y cultura. Todos se manejan por invitación, en caso de que alguien desee asistir y no cuente con una, se debe poner en contacto con los organizadores para saber si es aceptado.
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